Una corta historia de campo

He mirado las historias narradas aquí, las fiestas, eventos y quedadas, veo como unas hojas de una planta noble puede reunir a tantos desconocidos y envolverlos en una amistad y una afición admirable, lo cierto es que es un verdadero misterio.

No he tenido la suerte de conocer personalmente amigos en el mundo de los puros y el tabaco, mis camaradas de humo son mi hermano, padre, tía y novia, sin embargo a donde quiera que vaya soy un heraldo, enseñando y promoviendo los buenos humos, con amistad y alegría. No me ha dado mucho resultado pero lo cierto es que la pasamos bien siempre ja,ja y de vez en cuando hallo un fumador en potencia o un fumador ocasional que me acompaña con mi afición.

Hace unas semanas recibí una invitación de un ex compañero de universidad que no veía hace 8 años, me invitó a su campo a que lo visitara y compartiéramos una tarde en Río Hurtado, un sector sencillo en la zona central de Chile, muy lejos de la urbe, hacia el sector cordillera.

En un territorio de verdes valles y secos cerros lo acompañé durante el día, conocí la tierra, el negocio del pasto, la ganadería y el río que riega todas las raíces del valle.

Como el día es corto, llegó la tarde y la noche, fui invitado a un quincho en construcción, se calentaron las parrillas, apareció carne, vino, pisco y cerveza. Para no llegar con las manos vacías llevé un Whisky promedio y lo más importante, los puros, dado que Mauricio me invitó principalmente para que compartiéramos un puro y un asado, no podía defraudarlo, aunque él jamás había fumado puros, le tuve fe.

Todo fue bonito salvo que apenas probó el puro, era solo una monería, llevé un puro suave y madurado para él, un Quinteros Londres extra de 4 años, que apenas iniciado el primer tercio allí quedó tirado, sobre un asiento artesanal de árbol cortado, humeante, triste y olvidado.

Al rato, su maestro de cocina aprovechó la ocasión y tomó el habano, cargó su copa con whisky y fue el alma de la fiesta, simplemente brillante e inesperado, conversé bastante con él, de tabaco y buenas fumadas ya que por su rubro gustaba de fumar puros en forma ocasional.

Fue una noche redonda donde aparte de la carne, comí miel, queso, mantequilla y mermelada elaborada en el mismo campo.

Foto 1.- Pasando aduana, fiscalización seria.


Foto 2.- Mirando como el tractor se lleva el pasto.


Foto 3.- En la previa.

Foto 4.- Con mi compañero de humos.

Foto5.- De izquierda a derecha Mauricio mi compañero, algunos de sus trabajadores del campo, de blanco el maestro cocinero compañero de humo, y en el extremo derecho su señora esposa Magda, también ex compañera de universidad y colega.


Saludos y buenos humos.

 

Excelente @Héctor Román !!! Siempre hay oportunidades para amigos....puros ...y disfrutar los momentos. Salud por ti amigo.

 

Excelente momento, Hèctor...
Gracias por compartirlo!

 

Enhorabuena. Muy buena reunión

 

Gracias por compartir esta vivencia

 

Gracias a todos ustedes por mantener este espacio tan único y por sus palabras de buena crianza y amistad, siempre es gratificante aportar y aprender en este gran grupo.
Saludos.

 

Me ha encantado esta expresión.

 

Una historia muy buena héctor, se nota que lo pasasteis genial, disfrutando de buena compañia, comida y puros jeje.

Un saludo compañero